Jugar al pádel al aire libre significa reconectar con la esencia misma de este deporte. Si bien la tendencia actual empuja a organizar cada vez más competiciones indoor por razones logísticas, sería una pena descuidar la práctica al aire libre, que aporta una riqueza única al pádel profesional.
El pádel, un deporte históricamente al aire libre
El pádel nació al aire libre en México en la década de los 1970. Se desarrolló en condiciones climáticas a menudo variables, bajo el sol, a veces con viento. Esta dimensión externa es parte de su identidad. Hace que el juego sea más abierto, más estratégico, con un elemento constante de adaptación.
Un desafío técnico y mental para los jugadores.
En el exterior, las condiciones pueden variar de un punto a otro: el sol puede dificultar la visión, el viento puede desviar las trayectorias y la temperatura puede modificar la velocidad de las pelotas. Los jugadores deben adaptarse constantemente, ser creativos y desarrollar una comprensión profunda del juego.
Un escaparate excepcional para el deporte
El pádel al aire libre permite organizar torneos en lugares emblemáticos, que atraen al gran público. En Francia, la Major de París en Roland Garros es un ejemplo perfecto Asimismo, los torneos en Marbella o Buenos Aires, a orillas del mar o en plazas históricas, ofrecen una visibilidad espectacular al pádel. Esto ayuda a anclar este deporte en el paisaje urbano y cultural.
Pensamos también en esta famosa etapa de la época de la World Padel Tour en Valladolid, que ha dejado una huella tan duradera... y que podría volver bajo el lema de Premier Padel...

Una representación televisiva más fuerte
Las transmisiones de televisión al aire libre se benefician de un entorno visual mucho más atractivo. El cielo, la luz natural y los fondos vibrantes añaden dinámica adicional a las imágenes, captando mejor la atención de la audiencia.
Preservando la riqueza del juego
Uno de los peligros de un circuito exclusivamente indoor sería estandarizar las condiciones de juego. Menos sorpresas, menos adaptación, menos diversidad en los perfiles de los jugadores. El pádel necesita esta variante para seguir siendo emocionante de ver. Cada torneo debería tener su propio sabor, sus propias limitaciones, como el tenis, que varía entre arcilla, césped y canchas duras.
El pádel al aire libre no debe sacrificarse en el altar de la practicidad, aunque veamos a muchos jugadores profesionales criticando los torneos al aire libre. Encarna una dimensión auténtica, espectacular y estratégica de este deporte. Para preservar la esencia del pádel y seguir inspirando al público, es esencial mantener una proporción significativa de competiciones al aire libre en el circuito profesional.

Franck Binisti descubrió el pádel en el Club des Pyramides en 2009, en la región de París. Desde entonces, el pádel forma parte de su vida. Se le ve a menudo recorriendo Francia cubriendo los principales eventos del pádel francés.