Hace unos pocos años, Gemma triay soñaba con una carrera en el tenis profesionalSin embargo, una lesión a los 18 años cambió su destino y la llevó hacia... paladónde se encuentra hoy número 1 del mundo. En una entrevista concedida a El MundoLa jugadora española repasa su atípica carrera, su fuerza mentalSu trabajo psicológico con eli amatrian y su visión de laigualdad entre hombres y mujeres en el circuito Premier Padel.

En 33 años, Gemma triay continúa escribiendo la historia del pádel femenino. Siempre número 1 del mundo al lado de Delfi BreaEl jugador menorquín regresó, en una entrevista concedida al diario español. El Mundo, en su atípico viaje, marcado por una lesión, un cambio de rumbo y una resiliencia ejemplar.

"Dejé de jugar al tenis a los 18 años debido a una lesión."

Antes de convertirse en una de las mejores jugadoras de pádel del mundo, Gemma Triay estaba destinada a... tenisProveniente de una familia apasionada por este deporte, relata:

“No tenía ni tres años cuando ya tenía una pala en mis manos. A los 14 me fui a Mallorca, en las Islas Baleares centrales, donde me quedé hasta los 19.”

Pero un desgarro abdominal grave trastornó sus planes:

“Estuve un año sin jugar. Cuando volví, todavía tenía dolor y empecé a cuestionarme todo. Así que decidí parar e irme a Barcelona a estudiar, como cualquier adolescente.”

Fue allí, casi por casualidad, donde descubrió pala, que entonces estaba en pleno auge en Cataluña:

Dos años después, echaba de menos el deporte. Como el tenis me parecía demasiado lejano, me apunté a un torneo universitario de pádel… y todo sucedió muy rápido. Seis meses después de empezar, ya estaba jugando mi primer torneo del World Padel Tour. "

Una segunda oportunidad y un cambio de mentalidad

Triay habla de un verdadero Segunda vida en los deportes :

“Unirme al circuito implicaba viajar, justo cuando estaba en plena carrera universitaria. Tuve que elegir entre continuar mis estudios o probar suerte en el pádel. Mis padres me ayudaron, aunque para mi padre, dejar el tenis era como rendirse.”

Esta elección, arriesgada en su momento, resultó decisiva.

"Sé que la mentalidad que tengo hoy en pádel no la tenía en tenis. Experimentar el fracaso en tenis me ayudó a convertirme en quien soy."

"Hay que ser un poco obsesivo para ser el número 1."

Tras varios años en la cima, Gemma Triay está evaluando el precio del éxito:

“Ser el número 1 implica mucho esfuerzo, sacrificios, presión… Pero a los 33 años, lo vivo de forma diferente. Lo disfruto más, acepto cuando las cosas no van bien.”

Y añadió, lúcidamente:

"En esta profesión hay que ser un poco obsesivo. Puedo pasar dos horas haciendo el mismo ejercicio sin dificultad. Mi entrenador suele decirme que eso no es normal. Pero me gusta dar el 100% e irme a la cama sintiéndome renovado."

trabajo mental esencial

Triay insiste en la importancia de preparación mental, particularmente a través de su trabajo con eli amatrian, exjugador convertido en psicólogo deportivo:

"Me aporta una tranquilidad increíble. Es un trabajo constante: algunas semanas hablo más que otras, pero siempre es necesario. Estoy aprendiendo a controlar la frustración y a aceptar los errores, porque a menudo los partidos se deciden por la capacidad de controlar las emociones."

Franck Binisti

Franck Binisti descubrió el pádel en el Club des Pyramides en 2009, en la región de París. Desde entonces, el pádel forma parte de su vida. Se le ve a menudo recorriendo Francia cubriendo los principales eventos del pádel francés.

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