El pádel es un deporte mágico que reúne a cuatro jugadores en una pista de 200 m². La proximidad espacial crea inevitablemente una atmósfera, una dinámica que no necesariamente existe cuando se juega al tenis en una cancha que generalmente tiene 648 m².
Pero ojo, si sólo vemos los lados positivos, no siempre vemos los aspectos negativos de un deporte en el que se pueden producir discusiones.
Y sí, ¡el pádel puede volverte loco! Y las parejas no se salvan. Por supuesto, puedes tener grandes encuentros, conocer a tu alma gemela en el pádel y luego ver el futuro en el pádel gracias a este “amor a primera vista en Manhapadel”, pero ojo, si estás en una relación y decides jugar. padel, puede ser muy peligroso.
Lo has entendido, este artículo relata experiencias vividas por un cierto número de jugadores que no necesariamente prefieren presentarse, y podemos entenderlo bien a través de este artículo, pero que quieren advertir: el padel, es un doble filo espada, hace o deshace.
Y por una vez, el pádel también puede “destruir parejas”.
“Nos dimos cuenta de que no estábamos conectados de la misma manera cuando jugábamos al pádel. No nos hablamos, o no nos hablamos bien, y sobre todo no nos entendemos en la pista. En pocas palabras: ¡después del partido de pádel, la pareja a veces puede recibir un golpe!”, nos dicen.
“El pádel es una auténtica prueba para una pareja. Este es quizás el paso imprescindible para saber si una pareja puede perdurar a largo plazo, porque es un deporte donde la comunicación debe ser buena. El problema es que jugar en pareja puede sacar a relucir fallas en una historia. Y a veces este defecto puede tener consecuencias inmediatamente después del partido: la separación”.
Sorprendentemente, a través de este trabajo nos dimos cuenta que este tema que pensábamos aislado no lo estaba tanto, más aún con la explosión de los torneos mixtos.
“Los torneos mixtos son geniales, pero la FFT debería prohibirnos hacerlos en pareja”, nos explican con un toque de humor (bueno, tal vez no tanto).
Y como suele ocurrir cuando hablamos de torneos mixtos, hablamos de los oponentes, que pueden no ser muy amigables con la pareja y que aprovechan para presionar donde más les duele jugando, admitámoslo, principalmente al jugador pobre. , frustrando así a la pareja y creando cierta inestabilidad en la pareja, digámoslo así, provocando en ocasiones terremotos post-partido en la pareja.
Sobre todo porque la consecuencia de esta frustración es que el compañero aislado de repente quiere sacar más bolas a la pista. Al compañero aislado que creía venir al rescate de los “campi” le gritan: “quédate en casa que me estás robando los huevos”.
¿Se puede resolver la ecuación para estas parejas? ¿Podemos jugar al pádel en pareja o no? ¿Es esto posible sin que tiemblen las puertas de la pista?
Franck Binisti descubrió el pádel en el Club des Pyramides en 2009, en la región de París. Desde entonces, el pádel forma parte de su vida. Se le ve a menudo recorriendo Francia cubriendo los principales eventos del pádel francés.